En él, un jugador encarcará a un espía que está tratando de descifrar dónde se encuentra y los demás jugadores encarnarán a los agentes que deben encontrarlo antes de que lo logre.
Es un juego para hasta 8 jugadores, ideal para aquellos que busquen un reto lleno de mentiras, intuiciones ¡y muchísima interacción!
“El pez por la boca muere” es un viejo refrán que se mantiene aún vigente y que tuvo especial trascendencia durante la Segunda Guerra Mundial.
En aquel entonces, había muchas cosas que podían dejar expuesto a un espía, por ejemplo: que los ganchitos en sus documentos no estuvieran oxidados o que los clavos en las suelas de sus botas tuvieran cabezas cuadradas, entre otras.
Este juego ofrece a todos la oportunidad de ponerse tanto en los zapatos de un espía cuya verdadera identidad está a punto de ser descubierta, como en los de un agente especial que le está pisando los talones.
En él, un jugador encarcará a un espía que está tratando de descifrar dónde se encuentra y los demás jugadores encarnarán a los agentes que deben encontrarlo antes de que lo logre.
Es un juego para hasta 8 jugadores, ideal para aquellos que busquen un reto lleno de mentiras, intuiciones ¡y muchísima interacción!
“El pez por la boca muere” es un viejo refrán que se mantiene aún vigente y que tuvo especial trascendencia durante la Segunda Guerra Mundial.
En aquel entonces, había muchas cosas que podían dejar expuesto a un espía, por ejemplo: que los ganchitos en sus documentos no estuvieran oxidados o que los clavos en las suelas de sus botas tuvieran cabezas cuadradas, entre otras.
Este juego ofrece a todos la oportunidad de ponerse tanto en los zapatos de un espía cuya verdadera identidad está a punto de ser descubierta, como en los de un agente especial que le está pisando los talones.